El término arte tecnológico no está exento de connotaciones peyorativas, debidas al prejuicio de que la tecnología es siempre un factor alienante. Los recientes usos sociales de los medios justifican en parte esta consideración, la utilización de sistemas complejos como las tecnologías multimedia, la televisión o el talante cada vez más comercial o de puro entretenimiento de Internet van sin duda en esa línea. La tecnología se vuelve objeto de aprobación y desaprobación, emblema para unos y sanción para otros.
Pese a que a lo largo de la historia Arte y Ciencia se han aproximado muchas veces, no podemos igualar sus papeles, no se pueden establecer esquemas de carácter analógico en el desarrollo operativo o en los procesos de creación de los discursos propios a la ciencia y el arte. El artista no se asemeja al científico en su relación con la tecnología, la mayoría de las veces se posiciona en contradicción a ella; manipula libremente, decodifica, combina, reinventa, desmitifica y desvirtúa la práctica de la tecnología científica desde su interior. Por ello, el inventario de las prácticas tecnológicas en el arte contemporáneo es para nosotros un comienzo necesario para comprender esa relación en los usos discursivos y expresivos. Danza artística con participación de la tecnología:
A nivel referencial veremos también cómo el desarrollo del discurso artístico, dentro de esta relación arte-tecnología, sigue vinculado a la crítica de la representación, iniciada ya en la época de las vanguardias. No es pues casual el uso que Duchamp, Leger, Man Ray o Moholy-Nagy hicieron del dispositivo cinematográfico. La mayoría de los video-artistas reformularon las propuestas de esas primeras vanguardias: el uso de la perspectiva múltiple y los puntos de vista simultáneos explorados por los cubistas; la noción de aleatoriedad, la incorporación de la experiencia cotidiana y las nuevas relaciones con la audiencia investigadas por los surrealistas; o la provocación, el azar y la destrucción de las formas que interesó a los dadaistas.
Conscientes de que la tecnología está influyendo en todos los ámbitos de la sociedad, es importante desde las artes visuales conocer la influencia, posibilidades y significaciones de las tecnologías de la imagen. Arte y tecnología posibilitan la deconstrucción técnica y social de los sistemas de representación de la imagen, surgiendo nuevas relaciones entre conocimiento y visión, entre lógica e imagen que, lejos del pensamiento positivista, abren el campo de acción a la indeterminación y la subjetividad dentro de ese nuevo sentido de la lógica, tecno-lógica.
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